Históricamente, la agricultura y la ganadería han formado parte del motor económico del Conil, gracias a las favorables temperaturas y a la perfecta ubicación de la zona, se pueden encontrar productos de alta calidad.
Durante los siglos XVIII y XIX las tierras conileñas fueron explotadas de forma tradicional, destacando los cultivos dedicados a los cereales, los olivos y la vid.
La extensión dedicada al cultivo de la vid durante el siglo XIX fue muy extensa, ocupando muchas tierras parceladas con higueras, que ofrecían además de su fruto, una protección natural de los vientos de Levante y Poniente.
Durante la segunda mitad del siglo XX se origina “La Huerta”, una de las actividades más representativas de Conil en la actualidad, donde se desarrolla la hortofrutícola sobre las antiguas dehesas de la Villa, Pradillo, Hinojera, El Lanchar, o Las Pamplinas.
La Huerta de Conil es un bien local, que gracias a la riqueza del suelo, junto con la forma de regadío y el clima produce una extensa variedad de productos, entre los que destacan como autóctonos de la zona: el tomate, el frijón conileño, las judías verdes, las habichuelas pías, las calabazas, los tiernos cardillos, los chicharos, las acelgas o los alcauciles romanos; flor que ennoblece los arroces, las carnes, los pescados y otras verduras.
En la actualidad, Conil es un referente nacional e internacional en verduras y hortalizas gracias a la calidad de los productos cultivados en sus tierras, entre los que destacan el tomate y la fresa.
Listado de empresas: Cooperativa Nuestra Señora de las Virtudes.
Información de interés: El mosaico de cultivos constituye el uso agrícola característico en Conil. Se trata de una amplia extensión de tierras localizadas fundamentalmente en la mitad noroccidental del municipio, en la que pequeñas parcelas de huerta tradicional, otras en secano, campos de frutales o cultivos en regadío se engranan entre sí. El secano alberga tanto variedades herbáceas como leñosas.
